EL MUNDO DE LAS RELACIONES
Reflexionemos sobre algo que forma parte de la vida de todos: el relacionamiento con los demás. Cuando hablamos de ello, seguramente nos venga a la mente la familia, el trabajo, etc. Y es así, como personas establecemos relaciones, conexiones, con quienes nos rodean. Pero más específicamente, te invitamos a reflexionar sobre la “calidad” de dichas relaciones.
Por ejemplo, la pareja. Una situación casi normal en estos tiempos, es que las parejas formen una relación y al poco tiempo, la misma concluya. ¿Por qué ocurre esto? Podríamos pensar en diversos motivos: aburrimiento, discusiones, falta de amor, terceros, etc.
O quizás en el ámbito laboral, alguien que concurre de mala gana a su trabajo, pues sabe que cada día nuevo que le aguarda, encontrará las mismas situaciones, las mismas “caras”, los mismos roces con sus compañeros. La misma rutina.
Podemos encontrar seguramente muchos más ejemplos. Probablemente siempre habrá un factor en común en todos los casos: “el otro tiene la culpa” de que “las cosas” no funcionen, de que no se pueda ser feliz, de que no se pueda estar en paz. Permitámonos dudar. ¿Será así realmente?
LAS RAICES DE LOS PROBLEMAS DE RELACIONAMIENTO
Para responder esa pregunta, podemos comenzar analizando que la Persona es la unidad básica de la sociedad. Un ser humano, funcional, que se desenvuelve aceptablemente en dicha sociedad. Con virtudes y defectos. Con fortalezas y flaquezas.
En la Cultura Gnóstica, aprendemos que cada persona puede estudiar su propia Psiquis (del griego Psique, mente). Es de hecho, un estudio de orden diferente al habitual, en el que, con las herramientas que se brindan en nuestros cursos, cada quien es capaz de auto-descubrirse, y conocer así sus propias luces y sombras.
¿Y qué se encuentra dentro de la Psiquis? La misma es como un vasto territorio, del cual conocemos apenas una pequeña parte. Lo conocido es lo consciente, de lo que nos damos cuenta. Lo desconocido, lo subconsciente. Si desconocemos la mayor parte de los procesos psicológicos que nos movilizan, necesariamente desconocemos las raíces de nuestros pensamientos, emociones, y en última instancia, acciones.
Cuando vemos a alguien que no nos agrada, inmediatamente se emite un pensamiento desde el interior de la psiquis, en forma mecánica. Quizás, sin darnos cuenta, se juzgue la apariencia, la forma de ser, de dicha persona. O surja un recuerdo de alguna situación vivida con ella. Pero pensemos por otra parte, qué ocurriría si pudiéramos volver conscientes todos esos procesos subconscientes, saber su verdadero origen, forma de proceder. Eso nos permitiría tomar las riendas, el control, de nuestra propia psicología, de nuestros pensamientos. Esto no es para nada trivial, la habilidad de controlar los pensamientos, emociones, acciones, permite, a quien lo logra, un desarrollo armonioso en todos los ámbitos de su vida.
“Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú le llamarás DESTINO”. Estas palabras, expresadas por el psicólogo y psiquiatra suizo Carl G. Jung, expresan perfectamente lo que queremos decir. Es en el propio subconsciente (no en la otra persona, situación externa, etc.) que se encuentran las raíces de los problemas de relacionamiento, entre tantos otros.
Alguien que de niño tuvo X problema, que lo marcó, en su etapa adulta, tendrá dicha huella, quizás hasta en forma subconsciente, en su Psiquis. Y si una situación, una persona, acciona dicho mecanismo, toca esa “herida” interna, se producirá la REACCIÓN, que podrá ser la Ira, el insulto, etc. Pero si a través del autoconocimiento que proponemos en la Cultura Gnóstica, llevamos Luz a dicho subconsciente, lo volvemos consciente, podremos evitar la reacción y mejorar la calidad de nuestras relaciones. No discutir inútilmente, no criticar, no juzgar. No sentir rencor hacia otras personas, aprender a comprenderlos. No perder una energía interna valiosa.
Y esto también nos lleva a reflexionar como entonces existe esta relación, la más olvidada por cierto, que es la relación CON UNO MISMO, con el área psicológica, pues generalmente preferimos olvidar, anestesiar, dejar que el tiempo transcurra y “cure”. Actuar como autómatas, levantándonos a la mañana cada día, cumpliendo las obligaciones particulares. Sobrevivir, en vez de VIVIR.
COMO MEJORAR NUESTRAS RELACIONES
La SOLUCIÓN la encontramos entonces a través del autoconocimiento. Estudiamos que lo subconsciente es un conjunto de manías, traumas, vicios, malos hábitos, defectos psicológicos, que todos tenemos en mayor o menor medida, al cual denominamos EGO (vocablo proveniente del latín que significa “Yo”). Lo importante es que a través del autoconocimiento podremos ELIMINARLO.
Si cada individuo en sí mismo mejora interiormente, crece anímicamente, elimina sus defectos psicológicos y potencia sus virtudes, la sociedad, como sumatoria de individuos interrelacionados, se comportará de igual manera, y finalmente se formará un campo propicio para sostener una verdadera armonía social, paz, integración humana. Incluso con un verdadero respeto a la vida en todas sus formas, a la Naturaleza, puesto que habrá un desarrollo de la Conciencia que, por ejemplo, permitirá ver el vacío existencial que ha llevado a buscar llenarlo a través del consumismo (entre otras cosas) y favorecido la contaminación a través de la gran cantidad de residuos generados.
Para finalizar, podemos recordar y analizar una frase que dice “cada cual da de lo que tiene”, refiriéndose a que lo que reside en el interior de cada persona, es lo que la misma volcará a sus pares. Si en el interior hay paz, armonía, desinterés, humildad, alegría por el bienestar de los semejantes, eso es lo que entregará.
Este es el momento, el instante, no otro, para estudiarse a sí mismo y comenzar entonces a realizar cambios radicales, de fondo. Dejar de pensar “Yo soy así”, como si fuese inmutable. Dejar de sentirse víctima de las circunstancias. Tomar las riendas de la propia vida, en forma auténtica. Saber relacionarse en forma sabia con los demás y consigo mismo.
Desde la Cultura Gnóstica te invitamos, en forma especial, a que participes de nuestros cursos y tengas así las herramientas para alcanzar la plenitud, la felicidad, que es el sueño de todos, que estamos habituados a buscar en el mundo exterior, y que en realidad, reside en lo más profundo de nuestro propio INTERIOR.