Vence al Stress con la Meditación
En estos tiempos que corren, la mayoría de las personas están, más o menos, estresadas. En ese sentido, Stress (palabra de origen inglés) quiere decir fatiga, produciéndose la misma porque, frente a las diversas circunstancias de la vida, nuestro organismo tiene que “prepararse” para afrontarlas, y esto implica gasto de energía (física y psicológica). Analizaremos a continuación los factores estresantes más comunes y la forma de “controlarlos” a través de la práctica de la Meditación, para mejorar nuestra calidad de vida, y evitar las enfermedades y dolencias que origina el estrés: alteraciones digestivas, úlcera de estómago, colon irritable, asma, sensación de ahogo, pérdida de memoria, insomnio, ansiedad, cambios de humor, aumento de consumo de drogas sociales, depresión, disfunciones sexuales, alteraciones de la libido, calambres, contracturas, etc.
LAS CAUSAS DEL ESTRÉS
Los factores estresores pueden ser tanto de origen externo como interno, y de manera directa o indirecta producen una desestabilización en el organismo. Pueden ser de tipo físicos, como por ejemplo traumatismos, inmovilizaciones, infecciones crónicas, operaciones, parto, falta de sueño, deshidratación, etc. o bien de tipo psicológico, es decir, de naturaleza emocional, como por ejemplo conflictos en las relaciones amorosas, ansiedad, problemas familiares y situaciones fuertes del diario vivir.
En general se clasifican en 8 grandes tipos:
- Situaciones que obligan a procesar información rápidamente.
- Estímulos ambientales dañinos
- Percepciones de amenazas
- Alteraciones de funciones fisiológicas (enfermedades, drogas)
- Aislamiento y confinamiento
- Imposibilidad de alcanzar metas o intereses
- Presión grupal
- Frustración
Lo que tienen en común todos estos agentes es que se producen por la ausencia o pérdida de algo que la persona percibe como necesario para su bienestar.
A los agentes estresores de tipo psicológico, interno, podemos aprender a tenerlos bajo control, como veremos en este artículo, y para lo cual también sugerimos participar en nuestros Cursos de Autoconocimiento, donde se entregan fundamentos teóricos y diversas prácticas para lograrlo.
En el caso de agentes estresores externos tendríamos que, en principio, aprender a reconocerlos. Por ejemplo, un lugar sucio, desordenado y cerrado, produce en nosotros cierto malestar que termina afectándonos negativamente. Así también, la contaminación sonora es altamente estresante, por lo tanto, deberíamos buscar lugares para disfrutar de lo que podríamos llamar la «Terapia del silencio”. Lo mismo sucede con trabajos, lugares y relaciones: debemos aprender a seleccionarlos para que sean lo menos estresantes posible. Muchas veces es NUESTRA (aunque quizás no lo percibamos así), LA ELECCIÓN de condiciones, internas y externas, más saludables para nuestra vida.
La Ciencia de la Meditación es una de las principales aliadas para el combate del estrés, antes de profundizar en la misma pasaremos a describir dos de sus etapas fundamentales: relajación y concentración.
LA RELAJACIÓN
El estado de relajación es indispensable para evitar un gasto innecesario de energía, y colabora para que el cuerpo restaure su equilibrio natural. Hay 3 tipos de relajación: física, mental y emocional, y es un componente básico en todos los tratamientos de control de la ansiedad, tensión, insomnio, asma bronquial, etc.
Cuando la relajación se hace en forma diaria, los beneficios son mayores. Se recomienda practicarla 15 minutos por día, como un regalo que nos hacemos.
Siempre se comienza una práctica de relajación tomando Conciencia de la Respiración. El oxígeno aumenta la energía del cuerpo y la movilidad. Una respiración eficaz y profunda, hace fluir los sentimientos, carga el cuerpo de energía, y mejora nuestra calidad de vida.
Hay tres tipos de respiración: superior, media y abdominal.
La superior o clavicular es aquella donde solo se mueven los hombros y parte superior de los pulmones, generalmente sucede esto por tener comprimida la cintura y estar sentados.
La respiración media o intercostal llena la parte superior y media de los pulmones, esto lo realizan las personas que trabajan de pie o caminando.
La respiración abdominal, profunda o diafragmática, se practica cuando estamos acostados o descansando, involucra un mayor movimiento del diafragma de forma que, al inhalar, ingresa aún más oxígeno, logrando llenar de aire la parte superior, media e inferior de los pulmones, y tomando así la máxima cantidad de energía.
EL PENSAMIENTO
El pensamiento es una actividad del sistema cognitivo, con intervención de la memoria, atención, comprensión, aprendizaje, etc. Antiguamente se consideraba el funcionamiento de la Mente como si se tratase de una máquina, sin embargo, hoy en día además se considera la existencia de la Conciencia, para comprender cómo y porqué actuamos.
Cuando pensamos en algo, se “escapan” ondas mentales de nuestro cerebro, como una emisora de radio, y llegan a, por ejemplo, la persona en la cual estamos pensando. Cuando a un arquitecto le solicitan construir una casa, primero la construye en la mente, luego la proyecta al plano y finalmente se cristaliza en el terreno.
Todos proyectamos en nuestra mente lo que somos o lo que queremos ser, de un modo consciente o inconsciente, y dado que los proyectos de la mente cristalizan físicamente, entonces nuestra vida será, de forma acorde, feliz o desgraciada. Entonces, las mismas circunstancias que nos rodean y limitan, nosotros mismos las hemos creado, a partir de nuestra forma de pensar y de sentir. Cuando elegimos cambiar nuestra manera de pensar y de sentir, a una forma natural y armoniosa, las circunstancias de nuestra vida comenzarán a modificarse.
Los pensamientos son los principales agentes que nos producen estrés: generalmente son aleatorios, desordenados y contradictorios. Por lo tanto, debemos aprender a controlarlos, ya que somos nosotros mismos, no los factores externos, los responsables de nuestros procesos psicológicos. Esto se logra mediante la Concentración.
CONCENTRACIÓN Y VOLUNTAD
El elemento clave para alcanzarla es la Voluntad, expresada como un “quiero” que «polariza» la mente, entonces todas las facultades, capacidades y recursos, se ponen al servicio de ese «quiero».
La Concentración permite reunir en un punto dado la fuerza del pensamiento, evitando la dispersión mental y logrando un determinado control sobre los pensamientos.
Estudiamos, además, en la Cultura Gnóstica, que los dos polos de nuestra Mente son la Voluntad y la Imaginación, y que la Clave del Éxito es que ambas estén unidas en vibrante armonía: quien aprende a concentrar su pensamiento en una sola cosa obrará maravillas y prodigios.
Te proponemos la siguiente Práctica de Concentración: completamente relajados, concentramos la atención en la punta de la nariz, buscando sentir los latidos del corazón. Luego, de la misma manera, proseguimos por la oreja izquierda, luego mano izquierda, luego pie izquierdo, y seguimos por el pie derecho, hasta completar la vuelta y llegar a la nariz, siempre buscando sentir lo más claramente posible los latidos del corazón.
LA CIENCIA DE LA MEDITACIÓN
Habiendo hablado de la relajación y de la concentración, hablemos ahora sí de esta técnica milenaria. Meditar significa “ser llevado a su centro, a su medida”, y se ha comprobado que 30 o 40 minutos de meditación diaria aportan grandes beneficios, no solamente para el control del estrés, sino también para la mente, mejorando la inteligencia, creatividad, memoria, comprensión, enfoque de la atención, optimismo, etc., lo cual repercute en todos los ámbitos de la vida.
En el orden Espiritual, la Meditación es el encuentro de la Conciencia Individual con la Conciencia Universal a través del augusto Silencio de la Mente.
Se practica de acuerdo a las siguientes ETAPAS:
ASANA (postura del cuerpo):
Consiste en lograr una relajación total del cuerpo, hasta no sentirlo. Independiente de la posición corporal, lo importante es mantener recta la columna vertebral, manteniendo derechas caderas, hombros y cabeza, y ojos cerrados para evitar distracciones.
PRATYARA (no pensar en nada):
Lograr que nuestra mente quede en silencio, dejar que los pensamientos que llegan a la mente se desvanezcan, sin aferrarnos a ellos. Esto puede decirse es lo más difícil: separar la Mente Sensorial del olfato, tacto la vista, el gusto y el oído, para dar paso a la Conciencia, aprender a sustraer la Mente de los sentidos. Con la práctica frecuente todos podemos dominar ésta técnica.
DHARANA (concentración en una sola cosa):
Fijar nuestra mente en un solo objetivo, evitando que la mente se disperse. Concentrar la atención en algo conocido por la Mente Sensorial, y permanecer allí, hasta ir conociendo lo que denominamos “la Naturaleza Dual” de los pensamientos y sentimientos., para luego trascender esa lucha de los opuestos duales.
DYANA (meditación profunda)
Reflexión profunda, donde “recibimos” información del objeto en cuestión, en el cual nos encontramos concentrados. El sueño debe combinarse sabiamente con la Meditación.
SHAMADI (éxtasis)
En esta etapa llegamos al denominado “Vacío Iluminador”, la expresión de la Verdad, más allá de todo lo conocido por nuestra Mente.
CONCLUSIÓN
A modo de conclusión, y a través de la propia experiencia, podemos afirmar que gracias a la Meditación podemos lograr equilibrio mental y emocional en nuestra vida, y restablecer el orden natural de nuestra propia naturaleza. Si te interesa este tema y quieres profundizar, te invitamos a participar de nuestros Cursos de Autoconocimiento.